experimento extremo

Ayer iba caminando por la calle tarareando una bonita canción vernácula, cuando de pronto se me cruzó mi cantina favorita. Fuerzas magnéticas y del más acá me guiaron hacia la puerta y entré.
Estando en la barra ya con una cerveza en la mano, me pregunté: "¿Por qué estoy aquí?, ¿Qué objeto tiene que me tome unas cervezas si ya es tarde, es miércoles y ya va a empezar la telenovela de las 9?". Inmerso en esas reflexiones estaba cuando llegó un amigo, provocando que pidiera la segunda. Mi amigo es una persona normal y tenía que llegar a su casa, así que apenas se tomó su bebida y se fue.

Yo ya estaba encarrilado y me detuve un momento y me dije: "Hagamos un favor a la ciencia y experimentemos mi capacidad moneril. Observemos la mutación de un dibujo bajo el efecto del alcohol. Haré un documento digno de llevarse a alguna tesis de arte o de perdida, de alguna de neurología." Así que, en pos de la ciencia, puse en riesgo mi integridad física (y química) y a la memoria del cazacocodrilos, me lancé a la hazaña.
He aquí el sorprendente resultado:

Amiguitos, no intenten esto en casa, este experimento está hecho por un profesional y bajo supervisión de un amable cantinero.