Cuando era chico todo lo dibujaba con lápiz. No fue hasta que comencé a publicar en un periódico que trabajé con la tinta china y las plumillas.
Tengo cientos de dibujos de cuando era niño y luego un imberbe dibujador. Pero todos están hechos con grafito, me parecía muy práctico y rápido llevar conmigo un block con hojas tamaño carta y un lapicero. Me acostumbré a hacerlos así, con lápiz y recuerdo que había quienes me decían que no durarían, y tenían razón; muchos de éstos dibujos se han ido borrando o difuminando con el paso del tiempo.
Luego, cuando entré al periódico, me dijeron que mis monos debían ser con tinta negra. Todavía me tocó la época en que no había escáners y todo lo hacían en fotomecánica. Sacaban un negativo de todas las imágenes que llevaba la edición del otro día. Fotos y dibujos.
Fue entonces que empecé a batallar, primero en conseguir plumillas en las papelerías de esta ciudad.
No había. Es más, en la mayoría ni las conocían (en ésta ciudad hay más playas que moneros) finalmente encontré una en donde tenían arrumbada una cajita con plumillas de un punto delgadísimo y me compré toda la cajita. En el periódico se burlaban al verme dibujando, les causaba gracia que cada 3 líneas me detenía a cargar la plumilla en el frasco de tinta china. Me decían que si no estaba enterado de que existían los rapidógrafos o estilógrafos.
Y claro que los conocía: Tres años de sufrimiento en la carrera de Dibujo Técnico de la secundaria me avalaban. Esos mugreros se tapaban a cada rato y terminaba con el hocico negro por estarle soplando para dizque destaparlo.
Además la línea que se logra con la plumilla no la hace ningún otro instrumento. (Sólo el pincel -dibujar con pincel es la neta, no lo olviden-)
Luego descubrí otras herramientas como plumones y plumas de diferentes puntas que me facilitaron la moneada.
Por herencia y por placer, siempre me ha gustado la acuarela. Un día me pidieron en el periódico una ilustración a color y me dije a mí mismo: "Ora sí me los voy a apantallar, hasta me van a ascender a jefe de moneros" -que no sé cómo vendría siendo eso, pues era el único monero- Así que al otro día llegué con mis acuarelas y mis pinceles.
Estaba en pleno trance artístico cuando un diseñador se acercó y me dijo: "Oye, ¿por qué no les pones color a tus monos con la computadora?" En ese entonces yo no sabía ni cómo se prendían esas cosas.
Me quedé un tanto apantallado-asustado al ver lo rápido que era colorear los monos a punta de clics y ctrl's z's. Medio aprendí y desde entonces (sin saber bien aún) recurro a la tecnología para ponerle color a monos que debo entregar rápido (como en éste blog)
Hace algunos meses, colegas me decían si ya estaba usando "la tableta" para dibujar. Yo les decía que lo que usaba era una píldora pero que salen más locochones los monos cuando se me olvida tomármela. Después me enteré que a lo que se referían es a un aparatejo digital que sirve para dibujar directamente en la computadora. Ya se me hacía demasiada parafernalia para nomás hacer mis monos. Apenas le estaba agarrando la onda a una cosa cuando ya había otra que es mejor.
Pero quiso el destino que anduviera en cierto establecimiento buscando planchas, digo, cosas que compramos los metrosexuales que no viene al caso comentar, cuando vi el mentado aparato ese. Y como traía un dinerito ocioso gracias a unas tandas de planchado, digo, de mis trabajos artísticos que es a lo que me dedico, pues adquirí el ni tan nuevo invento del hombre blanco.
¿A qué viene todo esto?
A que creo que estoy empezando a aprender a dibujar otra vez. Pero para no caer en la depresión y la desesperación, sacaré una vez más el lado bueno de la adversidad y brindo aquí a quienes se asoman a este recinto de aprendizaje diario, que...
¡APRENDAN A DIBUJAR UN OSO BIPOLAR CON UNA TABLETA DIGITAL O COMO DIABLOS SE LLAME!En la ilustración de abajo pueden observar paso a paso cómo ir trazando a su personaje favorito:
Este... bueno, mejor olviden esta lección y sigan en lo que estaban que ahorita no está el país para que anden de ocios@s.
Nótese la vitalidad que emanaba en esos años. Era un muchacho emocionado y ansioso por formar parte de la historia democrática-electoral-social de mi país. Convencido de que a punta de votos acabaría con los malhechores, transas, corruptos, vendepatrias y pelones que nos agobiaban.
Nótese la catástrofe. De entre millones de mexicanos heme aquí. Sobreviviente de alternancias, concertacesiones, fraudes y chanchullos. Mi palidez sabinesca no me deja mentir. De las veces que he votado, nunca ha ganado al que elijo. Cosa que quizá poco importa pues demostrado está que todos están cortados por la misma tijera. La última vez que voté fue en el 2006. 
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