miércoles

mi voto (segunda y última parte)

En 1994 amanecimos con la noticia de que los indígenas de Chiapas se habían cansado de tanta injusticia y se levantaron en armas, lidereados por un tipo que se hacía llamar "Subcomandante Marcos". Se armaron los balazos y como Salinas vio que se iba a manchar su gobiernito paró la guerra y quiso platicar, dándole largas al asunto. Al Sub Marcos le salió el intelectual chafita que todos llevamos dentro y se puso a enviar comunicados. A mí me empezó a caer bien, pues a pesar del lío que había, tomaba las cosas con cierto humor.
Después ya me cayó mal pues Lupita se enamoró de él.
En ese tiempo era lectura obligada La Jornada, pues era el único medio que publicaba la versión y posición de la otra parte, el EZLN. Así, en las tardes leía éste periódico y en las noches veía en la televisión la versión del gobierno. Y ya así formaba cierto criterio y razonamiento.

La mayoría de mis amigos son desde que estaba en la primaria. Nos formamos y educamos de manera similar... hasta la preparatoria. A partir de ahí, cada uno fue tomando su camino, y yo, con el sendero que fui escogiendo, conocí a otros jóvenes en diferentes circunstancias. Eran amigos o amigas que a diferencia mía, eran hijos de padres que de alguna forma militaban o simpatizaban con la izquierda: oían música cubana, tenían libros de escritores latinoamericanos, libros de Rius con temas como Marx, Cuba y el ateísmo; y hasta una familia colgaba un retrato del Ché en la sala de su casa. Fueron buenas amistades que, con la curiosidad que provoca un monero, me invitaban a sus reuniones.
En mi casa no me bajaban de "rojillo" y ya se les hacía que declaraba un socialismo doméstico y le quitaba su lugar de la mesa a mi papá. Pero nunca me la creí. Me di cuenta que algunos eran lo que se podría decir de un mocho de la derecha, osea, un trasnochado que usa, o más bien abusa de palabras como "imperio, burgueses y revolución". Vamos, jamás sentí necesidad de por ejemplo, portar una imagen del Ché para que vieran que soy bien revolucionario.
Valoré lo importante de ellos, me sirvió, pero no sólo eso es la izquierda.

Mientras, en el periódico continuaba moneando y platicando con el señor M. quien me prestaba libros de Vargas Llosa, Onetti, Galeano o Abel Quezada; y me recomendaba a autores de libros, artículos o hasta discos. En eso estaba, (entre los chistes y poemas de Marcos y el desprecio manifiesto del gobierno y el PAN al movimiento zapatista, o más bien, a lo que eso representaba -Ya son clásicas las frases despectivas de Diego Fernández de Cevallos hacia los zapatistas-), cuando matan al candidato del PRI y eligen al el doble del duende Bubulín como candidato sustituto.
Llegaron las elecciones, y ganaba el del PRI, gracias al candidato muerto y al miedo que sembró el gobierno. Al Dr. Zedillo, aún no se le quitaba su cara pazguata cuando le dieron la banda presidencial; no terminaba de ponérsela cuando se le vino abajo la economía gracias al chaparrito pelón sin lentes.

No voy a enumerar aquí todo lo que fue pasando porque esto no es la hemeroteca de ningún periódico. Lo que quiero decir es que ya para ese entonces, la idea que tenía del PAN era ya muy diferente a la que tenía cuando veía al candidato chihuahuense del 86.
Conocidos son los casos de alcaldes panistas que prohibían minifaldas a sus empleadas, censuraban películas, obras de teatro o exposiciones de pintura.
Pero uno era de los pocos que se daba cuenta de eso, por mi trabajo me enteraba de cosas que si después contaba a algún amigo o familiar, pensaban que me estaban entrenando los de el EPR o la Mara Salvatrucha.
Luego gracias a la cartera vencida, el FOBAPROA y demás linduras, las cosas ya nos llegaron a pegar. No eran ya los balazos de Chiapas que tan lejos estaba. Ahora era una crisis que nos llegó; perdimos cosas y la esperanza.
Hacía tiempo que no sólo leía la Jornada, me asomaba al Reforma, El Universal, la naciente revista Milenio y otros medios más. Estaba ya, inmerso en eso. Llegué a pensar que quizá debí estudiar periodismo o algo así.
Ni me creía al 100% los berrinches del PRD, ni las altanerías del PAN. Sin embargo, me dio mucho gusto que en 1997, ganara Cuauhtémoc Cárdenas en el D.F.

En el año 2000 fui a México a buscar fama, fortuna y amor. Habían empezado las campañas para presidente desde hace meses y el candidato del PAN era un ranchero echado pa´delante que cautivaba a muchos, me recordaba al candidato panista del 86, que convencía por donde pasaba.
Yo no le creí. Después de haber visto y pasado por algunas situaciones, no le creía al panista. Pero se vendió muy bien, como la última Coca-Cola del desierto; lo compraron y ganó.
Era un respiro el hecho de que el PRI ya no estaba en el poder, pero poco duró el respiro. Tampoco voy a enumerar los tropiezos del gobierno de Fox, ya se ha alargado mucho este texto. Pero son demasiados y muy conocidos. No puedo decir que ha sido el peor presidente que hemos tenido, pero sí el más torpe e inculto. Desde cómo armó su gabinete, sus arrebatos verbales que fueron más allá de la anécdota, su incapacidad para lograr acuerdos, sus excesos familiares y otras cosas más. La mayoría de la gente que le dio su confianza se sintió traicionada y en las elecciones federales del 2003, lo castigaron.
Como monero agradecí el material que me proporcionaba el presidente, aunque a veces ya hasta era redundancia someterlo a un cartón; él solo se caricaturizaba.

Ahora bien, ¿Por qué estoy escribiendo todo esto, en vez de ponerme a dibujar al Oso Bipolar destripando pingüinos?
Seguramente por ímpetu.
Porque todos los días al revisar mi correo, me encontraba con mensajes alertándome del candidato de la izquierda, con la advertencia de que se cambió el nombre, que era el clon de Hugo Chávez, que se comía a los niños. Luego, al prender la televisión, me bombardeaban con spots por demás tramposos y manipuladores. Nunca me imaginé que eso fuera a llegar hasta el extremo de calificar (descalificar, mejor dicho), a alguien como "peligro para México", de tratar de engañar a la gente con el cuento de que van a perder su casa, su carro, sus ahorros, su computadora, su ipod, sus electrodomésticos, su nick, su almohada, su osito de peluche, sus hijos y su virginidad si gana el candidato de la izquierda.
¿Desde cuándo el gobierno y su partido se preocupan por lo que nos va a pasar?, ¿No serán ellos los preocupados?, ¿De verdad creerán que somos idiotas y que además de hacernos pensar que Angeliquita Vale se pondrá bonita, nos vamos a tragar sus espantos?, ¿Qué les asusta?.
Conozco gente que descaradamente confiesa que no votará por "un naco sureño que se come las eses". Bueno, cada quién sus fobias (muy preocupantes y que desnudan sus complejos, por cierto), pero una cosa es estar acomplejado y otra es ser idiota para creerse lo que te dicen los que ahora milagrosamente se preocupan por uno.

No, no estoy cegado, ni ilusionado (así vienen las desilusiones) con López Obrador, pero tampoco acepto que me digan por quién no votar.
Y ya. Sonrían...


En la imagen se muestra cómo el Oso Bipolar no entendió mi post, y en un arranque de irracionalidad destroza mi credencial de elector.

domingo

mi voto (primera parte de dos)

En 1986 yo tenía trece años. Mis ocupaciones y preocupaciones de ese entonces eran tratar de estudiar la secundaria, ver películas de Spielberg y dibujar historietas que nunca terminaban.
De repente las conversaciones en la casa cambiaron. Se hablaba de las elecciones que habría para elegir al gobernador.
Aquí en Chihuahua desde que tengo memoria, ha habido dos sopas: El PRI y el PAN. En mi familia materna (la paterna no es de aquí), siempre hubo cierta tradición de no estar con el PRI, pues eso era sinónimo de corrupción y transas. En el año 86, el estado estaba muy politizado, la gente ya no quería más PRI y como nunca, el candidato del PAN tenía gran arraigo y simpatía.
Llegó el día de la elección y sospechosamente el candidato del PRI ganó, la gente se inconformó y empezó una historia que se recuerda como de las primeras luchas democráticas del país. Veían las noticias de la noche y Jacobo Zabludovsky nos informaba de Nicaragua, Libia y Cuautitlán, pero de lo que pasaba en Chihuahua no decía ni el clima.

Es entonces que comenzaron a aparecer en mi casa ejemplares de la revista Proceso, en donde descubrí las estupendas caricaturas de Naranjo; si no estaban dibujados el presidente o el gobernador ignoraba quiénes eran los personajes dibujados, pero me quedaba fascinado al ver tanta rayita junta y como formaban un mono lleno de mala leche, después me iba a la última página para ver a Boogie el Aceitoso del dibujante argentino Fontanarrosa. Esa era mi politización, los monos de Naranjo y Fontanarrosa.
Tenía la idea de que los del PRI eran los malos que se robaban la elección y los del PAN eran las víctimas que exigían justicia. De los partidos de izquierda no sabía nada, sólo que eran los grupitos de revoltosos del PARM, PPS o PSUM. La gente poco pudo hacer y el candidato del PRI fue el gobernador. Yo me quedé con la idea de que en el PAN estaban los campeones sin corona y que regresarían por sus fueros.
Los años pasaron y mi concientización social fueron las caricaturas de revistas y periódicos que me encontraba en mi casa, mientras seguía con la idea de que el PRI se estaba acabando al país y el PAN era la opción para terminar con eso.

Llegó el año de 1988 y mientras Zabludovsky nos seguía anestesiando con noticias internacionales y las giras de Miguel de la Madrid. Observaba en el periódico o las revistas que algo había pasado en el PRI. Se habían molestado unos señores con caras de enojados y se fueron del partido. Eran un grupote de personas encabezados por unos tales Cuauhtémoc y Porfirio, yo pensaba que con esos nombres era normal que estuvieran enojados. Los exiliados se fueron a los partidos que yo pensaba que ya ni existían. Poco a poco, la revista Proceso iba dando nota del movimiento de los disidentes mostrando fotografías de muchísima gente. Confundido, no entendía por qué había tantos apoyando a "esos de la izquierda", en las imágenes que veía se mostraban a mucho sombrerudo, pero no como los de aquí, de sombreros de "vaqueros", sino de sombreros de campesinos, como los que dibujaba Naranjo en sus caricaturas.
Llegó esa elección y resultó que el candidato del PRI, un chaparro, pelón y con orejas parabólicas sería el presidente. Otra vez hubo reclamos, pero no del PAN, sino de la coalición que habían hecho los partidos de izquierda. Ante la lejanía y casi nula información que tenía en este lado del país poco pude saber. Además a pesar de los recuerdos que guardo, poco me interesaban esas cosas, tenía yo 15 años y estaba ya muy ocupado en, en... este... eh.... mmm... pues seguramente en agradarle a Lupita y tratar de pasar la materia de Dibujo Técnico de la secundaria la cual me costó mucho trabajo aprobar.

En 1992 salí de la preparatoria y no tenía la más mínima idea de qué iba a estudiar. Sólo sabía hacer monos y por azares del destino fui a un periódico haber si me publicaban mis dibujos, llevé unas caricaturas de unos superhéroes que inventé, de Los Beatles y una revistita que hice en la prepa y que casi me cuesta la expulsión. El editor vio mis monos y con cara de circunspecto me dijo: "Pues están bien tus dibujos, pero aquí necesitamos caricaturas políticas". A la semana regresé con unos cartones de las Olimpiadas de Barcelona del 92, del narcotraficante Pablo Escobar y no me acuerdo de qué más. Días después estaba de planta en el periódico haciendo un cartón diario. Ya no sólo veía las caricaturas de Naranjo y Rius, ahora también leía las notas y artículos; se me fue abriendo el panorama. Pero lo que más me clarificó el paisaje, fueron las personas que fui conociendo ahí en el periódico. Designaron como coordinador editorial (quien vendría siendo mi jefe directo) a un señor con el que hice amistad inmediatamente. El señor M. Extensas charlas tuve con él, y mientras hojeaba La Jornada le decía cosas como: "Ah, cómo la hacen de tos esos perredistas". El señor M. me observaba mientras fumaba su cigarro Delicados y me preguntaba: "¿Por qué dice eso?".
-"Eh... pues nomás andan ahí de revoltosos e insurrectos" -Ignorantemente respondía.
-"Eso decían de los estudiantes del 68" -Recordaba el señor M.
-"¿Qué?" -Interrogaba mensamente yo, que a mis 18 años, sólo sabía que no sabía nada.
Fue entonces que el señor M. me instruyó, platicándome del 68, de las luchas de Heberto Castillo, de cómo estuvo realmente lo del 88, de cómo el PAN se iba acomodando a las peticiones de los gobiernos priistas; perdiendo su condición de oposición para pasar a ser comparsa: quemando las boletas electorales del 88, concertacesionando gubernaturas, aprobando reformas salinistas a la Constitución.

Para ese entonces el candidato del PAN a gobernador en 1986, se volvió a postular y ésta vez sí le respetaron su triunfo. Cuando el nuevo gobernador llegó al cargo, yo tenía 2 meses publicando, casi empezamos juntos. Y conforme fue gobernando, lo iba criticando a punta de monitos. Algunas personas que me conocían, me preguntaban un tanto indignadas que por qué lo "atacaba", que si no me daba cuenta que él no era malo como los priistas, que había que apoyarlo. Yo respondía que era mi trabajo, que si él la regaba, tenía que criticarlo. Había que acostumbrarse a la crítica de los gobiernos no priistas.
Y mientras me crecía el bigote, arribó el año 1994...

martes

disertación matutina

Por eso no me levanto temprano. No sé qué me pasó anoche que caí rendido bien temprano, aún no le daba López-Dóriga volantín a su silla, cuando yo ya estaba soñando bien feo por andar viendo los spots de los panistas en donde anuncian el apocalipsis.
Y hoy a eso de las 11 a.m. me desperté, (sí, eso es temprano para mí, ¿Y?). Abrí los ojos y me dije: Ah, ya me torcí y por eso desperté, me reacomodé a manera de La Maja desnuda, pero no me daba sueño, tomé la posición de golpeado de Atenco y tampoco; me hice bolita como si Cuauhtémoc Blanco me hubiese fauleado en mis partes nobles, pero no. No me dormí.
Es entonces que ejecuté la dificílisima posición de Chac-Mol y prendí la televisión.
Y es entonces que empezó el viaje: ¿Tan mal están las amas de casa como para que les receten los programas matutinos que salen al aire?.
En una investigación de campo recorrí los programas que sacan a esa hora y me deprimí. Creo que ya sé hacer un guisado de alcachofas que preparó una maquilladísima chef que no se ensuciaba ni para partir el tomate. Escuché mi horóscopo como 4 veces dicho por diferentes señoras que se ganan la vida haciendolas de la mamá de Yesenia, ninguno de los cuatro coincidió uno con otro: Una viejita, otra vez, maquilladísima, me dijo que ni saliera de mi casa, otra más joven pero no igual de pintarrajeada me dijo que a la de ya, me saliera a buscar el amor, que segurito lo encontraba hoy; y un ser que no pude identificar de qué sexo era, parecía la mamá de La Gordillo, pero al hablar parecía el papá. El-ella, me decía que me pusiera a hacer negocios que eso era lo mío. (Y yo sin cuñados).

En otro canal un señor que parecía narcotraficante se apantallaba a la audencia con unos videos en donde según él aparecen fantasmas. Los conductores del programa estaban anonadados con unas sombras que se proyectaban y decían cosas como: ¡Sí, ahí está el ente, ahí está!, ¡Ay qué bárbaro!... Yo nomás veía la sombra del camarógrafo.

Ya más tarde empezó otro programa en donde unas muchachas que presumen sonrisas de yeso y siliconas dicen cosas reteinteresantes. Como en qué se quedó la telenovela de las 9, o que si no sé quién ya no anda con no sé quién, o que si no sé quién fue bien mal vestido a no sé dónde, cosas así para solucionarle la vida a alguien.

Después de tanta sabiduría me encontré con lo que todo hombre debe ver a esas horas: El Mundial.
Sólo que después de ver cómo a veces celebran los goles, me agüité. Y luego dicen que el joto soy yo porque no me gusta el futbol... Chale.

En la imágen se muestra lo que pude ver, en un muy europeo festejo de su majestad el gol.

domingo

when i´m sixty-four

When I get older losing my hair
Many years from now
Will you still be sending me a valentine
Birthday greetings bottle of wine

If I'd been out till quarter to three
Would you lock the door
Will you still need me
Will you still feed me
When I'm sixty-four

You'll be older too
And it you say the word
I could stay with you

I could be handy, mending a fuse
When your lights have gone
You can knit a sweater by the fireside
Sunday mornings go for a ride

Doing the garden, digging the weeds
Who could ask for more
Will you still need me
Will you still feed me
When I'm sixty-four

Every summer we can rent a cottage in the Isle of Wight
If it's not too dear
We shall scrimp and save
Grandchildren on your knee
Vera, Chuck and Dave

Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away

Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me
Will you still feed me
When I'm sixty-four

... Y HOY FINALMENTE, PAUL, LLEGÓ A LOS 64.

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Y para terminar, una muestra de cómo fue que empezó a ser incómodo el cuñis precioso. (Cartón publicado originalmente en Milenio Diario del sábado 17 de Junio.)

viernes

sesión extraordinaria

Hubo junta. En la imagen se muestra lo que pasó.





Iba a escrbir un post acá bien interesante y estremecedor, pero ya es bien tarde, o temprano, mejor dicho.
Ni pex, se lo perdieron.
Pero por otro lado, a los que querían un banner mío, les anuncio que ya lo tengo. Está abajito de donde están las fotos del Flickr, ahí viene el código para que lo copien.

Y ya, sonrían, vamos a dormir.

viernes

el %$"··$&/%( oso bipolar (7)

Chale, éste blog está dejando de ser mío, para ser del Oso Bipolar.
Ok, ok, no, no me digan nada... estoy bien. Osea no me agüita que ahora la expectativa sea el nuevo episodio del Oso Bipolar. Osea, no me siento FeliPillo Calderón que se enoja porque el Peje es más popular que él... Osea, hay niveles, yo sí tengo las manos sucias, y está bien, que el Oso me lleve delantera en las encuestas, lo admito, es más divertido, sexy, simpático y pelafustán que yo.
Tiene garra, carácter, arraigo... snif.
...



.....

...... No, no digan nada, estoy bien, deveritas...

....

..

.

¡Ah!, ¿¡Pero les digo algo?!... Osea, no es mala onda mía, solamente no quiero que vivan en un sueño.

(Suspiro)

Ok, Ahí les va:
EL OSO BIPOLAR NO EXISTE. ES UN DIBUJO QUE YO INVENTÉ. OSEA, OSEA, ¿CAPTAN?... N-O E-X-I-S-T-E.

ES UN DIBUJITO; SALE DE UN LÁPIZ QUE MANEJA MI MANO LA CUAL OBEDECE ORDENES DE MI CEREBRO. ¿YA?

Perdón si lastimé alguna susceptibilidad, pero es mi deber.
Aún así gracias al Niño Gronch, lector de éste blog por el detallazo de hacer y enviárme por mail estos padrísimos monigotes del Oso Bipolar y el pingüino:


Ash, bueno, va el séptimo capítulo del Oso Bipolar:

martes

el oso bi-polar (6)

Este...
Anoche soñé que era boxeador, y que me ponian a pelear con un tipo así como "La Chiquita" González, y que yo lo veía y decía: "Uh, no manches, a éste con un coscorrón me lo despacho".
Pero luego que sonaba la campana, y el chaparrín comenzaba a mover las piernitas bien rápido, como corriendo pero sin avanzar. Yo le tiraba golpes, pero él los esquivaba mientras se reía de mí. Eso me enojaba más y más, hasta que lo acorralé en un rincón y como estaba muy enano mi contricante, tenía que pegarle haciendo movimientos como los que hacían los de Timbiriche cuando bailaban, entonces me desesperaba y le propinaba una patada en los testículos.
El referi paraba la pelea y mi entrenador me sujetaba por la espalda. Volteé y vi que mi entrenador era Joaquín López Dóriga... chale, y luego ya me desperté bien asustado y confundido y mejor me volví a dormir.
Este...
Mejor vean el episodio de hoy del Oso Bipolar.

viernes

el oso bi-polar (4)


Este viernes estaré en el café Kaldi, que está en el Paseo Bolívar 208-b, frente a la Quinta Gameros.

Me han pedido playeras y libros, entonces llevaré playeras y libros, osea, de las playeras que imprimí y el más reciente libro que edité.

Sólo estaré de 7:30 pm a 8:30 pm, después me voy a mi Kabecueva a contar el botín.

Hay ya muy pocas playeras, y sólo valen $150; el libro cuesta $100. Chale, qué buena ganga.


P.D: A pesar de éste cartón aquí no termina la foca bifocal, cortesía de Chidoguán.