lunes

18 años

Este primero de agosto cumplí 18 años como monero de temas políticos.
Creo que ya conté un poco cómo es que me metí en esto: Salí de la prepa, no encontraba carrera universitaria que me gustara completamente y que exigiera hacer monos en los cuadernos, mi abuelo materno que era pintor me dijo que en lugar de andar de vago e improductivo llevara mis dibujos a un periódico, fui al periódico y el editor me dijo que estaban bien mis dibujos pero que no le llevara dibujos de súper héroes inventados por mí, ni de los Beatles, ni chistes adaptados de la Selecciones que leía en el baño de mi abuela. Que si quería publicar tenía que llevar caricaturas de los políticos y gobernantes.

Me puse a leer los periódicos y revistas y me di cuenta que los políticos hacían mi trabajo, que yo sólo tenía que ilustrar las burradas que hacían y decían.
Regresé a la semana como con 5 cartones, de los cuales me publicaron 2.

El primero apareció el 1 de agosto de 1992.

Si mal no recuerdo, el tema era de una empresa que se llamaba "Capricornio" o "Pegaso" o algo así, que había hecho un fraude y metieron a su o sus directivos en la cárcel.

Durante algunos meses publiqué cartones, esto es, una sola imagen. Decir todo en un cuadro.
Pero sentía que no echaba el relajo suficiente y quería poner más cosas.
Entonces le envié al editor el siguiente fax:

Y sí fue posible, al otro día me la publicaron. El tema fue que el entonces gobernador se puso a probar los radios de la policía judicial y escuchó que se comunicaban con un lenguaje tan florido que sonrojaría al mismísimo Kamel Nacif.

A partir de entonces me "especialicé" en las tiras. Me gusta más desarrollar el chiste que sólo poner el final en un dibujo.
Ninguna de las dos categorías en más fácil o difícil que la otra. De hecho, en la tira la cosa es ponerle una "historia" al chiste final.

Hace 8 años, publiqué esta tira:

El tema fue que... bueno, este... en esos días acababan de canonizar a Juan Diego.

Ahora, si me preguntan a qué viene todo esto, les respondería que a nada.
Pero caí en la cuenta de que hace 18 años de esto, y que cuando fui a pedir chamba al periódico yo tenía la tierna, imberbe e inocente edad de... 18 años.
O sea que, si hubiera tenido un hijo a los 18, ahorita él tendría también 18, pero yo le hubiera aplicado un correctivo casi Montessori para que no anduviera con ideas de querer ser monero y lo pondría a estudiar contabilidad o alguna cosa así para que fuera hombre de bien.
... Bueno, mejor no.

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