martes

post de pelos

Estaba en una disyuntiva:
Otra vez no postear hoy, o postear una banalidad. Opté por lo segundo, al cabo que pensándolo bien el 76.8% del contenido de este blog son puras banalidades.
Así que revelaré un secreto que a estas alturas de mi vida debe salir: Siempre quise traer el cabello largo. Y no sólo el cabello, sino también el bigote y barba.
Ser una especie de Kenny Rogers que impusiera respeto y admiración por donde apareciera.

Nunca pude cumplir mi sueño.
Primero porque estaba en la escuela y en ese lugar estaba prohibidísimo traer el cabello más abajo de las orejas. Después se acabaron los ochentas y ya no estaban de moda las greñas, y aunque a mí siempre me ha valido un pepino la moda, a las muchachonas que quería impresionar, no.
Pero el tiempo pasó y hace unas semanas, me dije a mí mismo: "Kabeza, es hora de que des un giro a tu vida y hagas lo que nunca te has atrevido hacer" Así que hice algunas cosas que no había hecho y que ahorita no vienen al caso, ejem, y de paso decidí no visitar al peluquero, estilista o ente parecido.

Mi plan, básicamente era lucir así:


Nótese la presencia, porte y elegancia. La pipa es opcional.

El problema es que ya llevó más de un mes sin que mi cabellera sea tocada por unas tijeras y mis pelos se niegan a crecer para abajo. (sic)
Por alguna maldición genética tengo un superávit de pelo en la cabeza y cuando crece, lo hace hacia arriba, los lados y nunca cae.
Y cuando lo logro peinar, me queda más o menos como James Brown, y la verdad no me dan ganas de cantar "I feel good"
De la barba y agregados mejor no hablamos, tengo el síndrome Che Guevara y los pelos de la cara me salen por pedacitos y nada se cierra:

Nótese la... no, no noten nada, snif.

Ok, creo que me hubiera ahorrado este post.
Ahora, si me disculpan, voy al peluquero.

lunes

postus interruptus

Finalmente regreso al blog.
Vine a Chihuahua a varias cosas: a la presentación de un libro que ilustré, a recoger unos papeles y a...



¿En qué me quedé? Argh, olvídenlo.

martes

ofrezco servicios de plomería (e inserción -no- pagada)

De última hora.

Voy y vengo al terruño:

Todos invitados, allá no vemos.

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Por fin sale el calendario de septiembre (y el del gas no se ha aparecido, creo que huelo "diferente") con la inquietante y indescifrable obra titulada:

"El Pingüino, la Foca Bifocal, el Oso Bipolar y el Lobo Tomía experimentan con drogas duras de allá por la Huasteca y sufren de desdoblamientos de personalidad hasta que el Oso Bipolar los dobla a todos por viciosos"


Ahora soltaré un testimonio que podría explicar futuros hematomas en mi persona.

El sábado llovió copiosamente en el D.F. el domingo se cayó el cielo, pero el sábado fue un preámbulo. De donde vengo caen lluvias de 10 minutos que nomás ensucian los carros y rara vez llueve escandalosamente como por acá.
Así que para no hacer olas, me quedé en casa a trabajar y ver el techo durante la tarde.
Dejó de llover y yo seguía en lo mío, en ratos veía hacia la ventana y pensaba cosas que ahorita no vienen al caso pero que me desconectaban un poco de lo que hacía. En uno de esos momentos me dije a mi mismo: saldré al balcón a respirar aire fresco y húmedo para despejarme la cabeza.

En el balcón hay una jardinera que evidentemente no uso como tal. Si a duras penas me hago cargo de mí mismo, unas plantas morirían por mi indiferencia. Los que antes vivían aquí eran personas normales y tenían 2 macetas en la jardinera. Un día al intentar acomodar no sé qué cosa, rompí una y la tierra se desparramó, nomás la hice a un ladito y me dije: al ratito lo arreglo.
De eso ya hace algunos meses, ejem.
(Todavía está ahí una maceta habitada por una planta que no sé de qué sea, pero se ve inofensiva)
Por la lluvia, la jardinera se había inundado, un poquitín de lodo y piedritas taparon un tubo que sale del balcón que sirve para desahogar el agua y no pase lo que precisamente pasó.

Entonces me dije a mí mismo (otra vez): Esto va que vuela para ser un foco de infección, al rato de va a llenar de moscos del dengue o algo así.
Tenía dos opciones; comprar una tortuga para que viva ahí o destapar la jardinera. Pensé que una tortuga no tendría la culpa de convivir conmigo (ni un caracol, como el de Bob Esponja) y decidí destapar la mini inundación.
Deshice un gancho de esos para colgar ropa y tanteando el terreno di con la entrada del tubo del desagüe e introduje el gancho. Sólo 3 movimientos de bombeo bastaron para que se oyera algo así como: Tuc, tuc, plop, ¡fluuuuuush!
Y listo, un chorrote de agua y lodo salieron de mi jardinera que no uso como jardinera.

Inmediatamente después escuché un fúrico grito que versaba más o menos así:
"¡Noooooo! ¡Chaaaaaaale! ¡No mano, no, no, no, no! ¡Aaaaaay, ash, ash, ash! ¡No manches, no manches!" (y algunos improperios que mejor no transcribo)
Me asomé hacia abajo y más o menos ésta era la escena:

Favor de ignorar la perspectiva, proporción y demás caprichos estéticos. Lo que cuenta es la intención.

Alguien había estacionado su carro en la banqueta, debajo de mi balcón. El dueño del coche fue a alguno de los negocios que están ahí y dejó la ventanilla abierta lista para recibir lo que cayera.
Sólo una milésima de segundo duró lo que me asomé, apenas vi lo que había pasado y me refugié en mi casita, me metí en un cuarto, y en un rincón me decía a mí mismo: Ay, ora sí literalmente la regué, que no me encuentren, que no me encuentren.

Luego de 4 horas de estar encerrado y no oír que tocaran la puerta o que me aventaran algo desde la calle salí de mi escondite y regresé al balcón. Ya no estaba el carro, ni la inundación.

El domingo del diluvio se volvió a inundar la jardinera, pero ya fui a ver dónde venden tortugas.

lunes

novedades

Con la novedad de que se me acabó el gas desde ayer.
Y se me juntó la chamba, ya me dio sueño, la computadora anda caprichosa, ya se me derramó la bilis y no quiero cometer un acto vandálico contra esta laptop que se burla de mi desgracia.

Pensaba repetir la odisea de la otra vez: Desvelarme hasta que llegue el camión del gas y enfrentar cara a cara, cuerpo a cuerpo al repartidor gritón. Pero ahora sí tengo mucho sueño y es muy tarde, así que trataré de dormir y pondré las alarmas de todo aparato que esté aquí y cuidaré de no cometer el error de la otra vez que puse la alarma del celular y como tono una canción que me gusta mucho y al sonar, en vez de levantarme, me acurruqué para oír a gusto la canción y me volví a quedar dormido y mi vida fue miserable una vez más.

Estaba haciendo el calendario, pero como dije, esta cosa anda chiple y se puso lentísima. Provocándome una furia incontrolable, como la del señor que estacionó su carro abajo de mi balcón y ahora me busca para, mínimo, torturarme.
Recuérdenme contar eso, porque luego se me va a olvidar y la verdad sí es algo digno de contarse a la humanidad.

Volveré con la conclusión de estos y otros trances.

miércoles

correctivos y libreta

Sí, ya debería de estar el calendario de septiembre.
Pero resulta que algunos personajes de este H. blog han estado desperdigados y cuando se presentan a trabajar, están impresentables.
Hay reglas, ya puse un ultimátum, pero hay quien no entiende y pues...


Si llegan sin bañarse y oliendo (supongo) a calzón, pues hay que aplicar correctivos. Digo, en mis tiempos así era.
Si ahora es diferente me vale, que otros moneros eduquen como quieran a sus creaciones, aquí hay reglas.
Ejem.

Eh... para pasar este penoso trance, veamos un video que tenía guardado en la computadora y le llegó la hora de salir a la luz: