viernes

indiana & sabina

(Post que apareció aquí en febrero del 2006, y que repito porque se acomoda a este tiempo y sirve en este momento que tengo mucho trabajo y poco tiempo para actualizar este blog)

A los 8 años fui un niño solitario, me gustaba jugar solo y jugaba solo porque cuando jugaba con los demás niños me tocaba ser el amigo del bueno o del malo, osea, una especie de actor de reparto.

Pero un infausto día ocurrió lo que tenía que ocurrir. Me llevaron a ver "Los cazadores del arca perdida", a partir de entonces mi vida giró, no sé cuánto, pero giró. Lo que el Llanero solitario hizo en muchos niños de otras generaciones, Indiana Jones lo hizo en mi, era fascinante ver a ese tipo someter a los malos con su látigo, enfrentarse con serpientes, buscar tesoros, eludir rocas esféricas, saltar de un vagón a otro en un tren en marcha y por si fuera poco, quedarse con la chica.

Al salir del cine, ya sabía quién quería ser. Y a partir de ese momento mis solitarios juegos se desarrollaban en el patio de mi casa, transformada en una selva llena de infortunios. A falta de serpientes, los escarabajos que vivían en los troncos de los árboles tomaban ese rol, y sin tener un látigo, las guías del pasto eran perfectas para esto, cientos de insectos murieron en cumplimiento de su papel actoral.
En el patio de mi casa había un árbol muy grande, el cual nos daba trabajo a mi hermano y a mi los otoños, barriendo y recogiendo hojas caídas. Uno de los juegos favoritos de mi hermano era subirse a ése árbol. Yo no me animaba, demasiado silvestre para mí.

Pero ahora que era el Indiana Jones de la 47 (la calle donde vivía), subirse a ése árbol era una obligación. De un brinco alcancé la rama más baja y de ahí seguí trepando como chango apoyándo brazos y piernas en coyunturas y hojas secas. Al fin estaba bien acomodado en lo alto, vi la azotea de mi casa, el patio de la casa del vecino y su perro ladrándome. Debí haber imaginado algo así como: "Recórcholis, será difícil llegar a esas tierras con esa bestia ahí". (El "recórcholis" está justificado por los cómics que leía, osea, osea, no hablaba así de niño, no era tan raro).
Luego de mi triunfal ascenso, decidí que era hora de bajarme del árbol. Me quedé un momento pensando y me dije: "¿Y ´ora cómo le hago?", me sujeté de la rama más cercana, pero mis piernas no querían seguirme, luego pensé que mejor bajaba primero las piernas y luego lo demás, pero mis brazos se rajaron, la mitad de mis extremidades que se mantenían arriba tenía miedo de caer y azotar junto con mi humanidad.
Entonces hice lo que todo héroe debe hacer en un caso como estos: Llamarle a su mamá.

Le grité a mi progenitora a todo pulmón, pero nadie acudía a mi rescate. Me cansé de gritar y me estuve ahí arriba hasta que se estaba metiendo el sol. Me gustaría saber que pensaba en ese ratote que estuve en la cima, quizá maldecía a Spielberg por las mentiras tan chidas que nos contaba, o a lo mejor me acordaba de la tarea de la escuela que no había hecho por andar de inadaptado jugando solo, o me entretenía aplastando escarabajos pensando que eran serpientes que me atacaban.
Fue entonces que mi madre salió a avisarme que ya estaba la cena, yo sentí que llegaba el ejército inglés a rescatarme.
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Nueve años después aproximadamente, trataba de conciliar el sueño y prendí la radio para tener algún arrullo. A punto de caer dormido, oí algo como que a un tipo le habían robado el mes de abril, que recostaba su cabeza en el hombro de la luna, que se sentía torpe como un suicida sin vocación, lascivo como el beso del coronel e inquieto como párroco en un burdel. Luego el trasnochado locutor decía: “Y esto fue Joaquín Sabina”.
Y me dormí.

Al otro día traía el nombre de Joaquín Sabina en la cabeza. En esa época yo ya ganaba dinero haciendo mantas o cartulinas en la prepa, así que fui a la única tienda de discos que había en la ciudad y compré el casette más reciente de Sabina, titulado “Física y Química”.

Llegué a mi casa, lo oí, después lo volví a poner, y luego otra vez. Al final ya sabía como quién quería ser. La última canción del álbum se llama “Pastillas para no soñar”:

SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ NO PRUEBES LOS LICORES DEL PLACER./ SI ERES ALERGICO A LOS DESENGAÑOS/ OLVIDATE DE ESA MUJER./ COMPRA UNA MASCARA ANTIGAS,/ MANTENTE DENTRO DE LA LEY./ SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ HAZ MUSCULOS DE 5 A 6./ Y PONTE GOMINA QUE NO TE DESPEINE/ EL VIENTECILLO DE LA LIBERTAD./ FUNDA UN HOGAR EN EL QUE NUNCA REINE/ MAS REY QUE LA SEGURIDAD,/ EVITA EL HUMO DE LOS CLUBS,/ REDUCE LA VELOCIDAD,/ SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ VACUNATE CONTRA EL AZAR./ DEJA PASAR LA TENTACION/ DILE A ESA CHICA QUE NO LLAME MAS/ Y SI PROTESTA EL CORAZON/ EN LA FARMACIA PUEDES PREGUNTAR:/ ¿TIENEN PASTILLAS PARA NO SOÑAR?/ SI LO QUE QUIERES ES CUMPLIR CIEN AÑOS/ NO VIVAS COMO VIVO YO.

Después de estos sabios consejos, y de haber conseguido un par de discos anteriores a éste, aproveché la primera invitación de mis amigos para salir a pasar un bonito momento de sano esparcimiento. Llegamos a una cantina que se llama "La antigua paz", ya había ido antes a ese lugar, pero no con mi nueva faceta de maldito de la noche, la calle y los perdedores. Mientras mis amigos platicaban de futbol y Nirvana, yo me embriagaba pensando que "Es mentira que no tenga enemigos, es mentira que no tenga razón, es mentira que acepte que el ombligo no soy yo". Y así nos dieron las diez y las once, las doce, la una y las dos y las tres. Y yo estaba más alcoholizado que un frasco de chochos homeopáticos.

Me llevaron a mi casa, me acosté y mientras todo me daba vueltas pensaba: ¿Y ahora quién me bajará de este árbol?

domingo

momentos cumbres de mi vida (43)

cuento tumultuario (2)

(Cuento escrito por los dopados (as): Julio, Isra, José Juan, Enrico, Abi, Cano, Sandy, Burlaperros, Brenditte, Ragnarok, Seymus, Mausinha, Gibraine, Sectario, Ijon Tichy, Gemó, Kuruni, Tazy, Daredevil Tam, Ale, Rabon, Socr0, Sivoli, Raven Arrowheart, Yolanda, Último elefante, Cadem, Mafalda, Gaby, Tejedor de sueños, Aurora, Chilangelina, Pelos Briseño, Marko Muñoz, Pipo, Webita, Economike, Josúe, Blas Torillo, Pablo Cabañas, Taquero narcosatánico, Pepmac, Humano, Tahua y Ministry)

Al final de la jornada, Camilo se metió a su cama y sintió como si hubieran destrozado su almohada: plumas y plumas por todos lados. Volteó hacia arriba y encontró un ángel que le dijo:
- Sorry mi chavo, es que se me ponchó un ala.
Camilo no salía de su estupefacción y entre labios solo alcanzó a balbucear:
- ¿P-p-pero...tú... qué cosa eres?
- Que mala memoria tienes Camilito, dijo el ángel.
Y es que no era la primera vez que Camilo y el ángel se encontraban.
Camilo recordó las revistas no aptas para menores, guardadas ce-lo-sa-men-te en su cajón, y haciendo acopio de tripas, cuajo y corazón, tragó saliva junto con el chicle que aún masticaba y esperó el regaño del ángel.
-Que mal estás Camilín viendo a esas muchachas desnudas. Sacó una a una las revistas y se las entregó al celoso ángel.
- ¡Ya estarás contento!
- No - respondió el alado y maltrecho personaje- falta que me entregues lo del cajón.
Mientras Camilo tosía incontrolablemente por una pluma que se habia tragado, pensaba, "como chingados se enteró este de lo del cajón si hasta yo a veces ni la puedo encontrar", lo bueno que no habia dicho nada acerca del ropero viejo en su cuarto que estaba repletito de puros juguetitos no convencionales, por el momento se sentía salvado. Pero el ángel volteó desesperado.
- ¡Muevele Camilito.! ¡No te hagas que la virgen te habla!. Que esas ya están fuera de circulación hace rato. Y también desaloja lo que tienes en el ropero.
Volteaba para todos lados sin saber qué hacer, aquello del ropero ya le había traído algunos problemas anteriormente, pero un pedo con un ángel eran palabras mayores, por lo que instintivamente decidió deshacerse de todo lo que tenía en el ropero, desde las esposas con las que jugaba a los "policías" hasta del látigo con el que sentía que era como Indiana Jones en el templo perdido.
Entre lágrimas y sollozos, Camilo pedía perdón por cada "juguetito" que salía a la vista del ángel, que escondía entre sus alas y aún así logró borrar de su memoria aquel primer encuentro, seguramente culpó a la intoxicación de hierbas que traía.

Esta ocasión el Ángel mostraba un semblante distinto, cabisbajo y triste, él habia sido expulsado de el alto gremio de la AFI por transa.
Cuando un afamado conductor de televisión lo ventaneó (por error) en horario estelar, su carrera y su felicidad cayeron estrepitosamente. De hacerle cateos a Carlos Slim ahora todo se reducía a incautarle. Y es literal, porque ese ventanazo en el cielo fue lo que le había tumbado el ala. Ahora ya no tenía como regresar a la cima, y tendría que pasar la eternidad en la tierra y extrañaría los Ángeles Fumados Investigadores (AFI) sin poder remediarlo. Se despabiló un poco y vio pasar a Rufino, el vecino de al lado, por la ventana. Recordó que la noche anterior había escuchado gritos de terror en la habitación de al lado. No pudo evitar asomarse por la ventana y gritar al susodicho: ¡Sé lo de Porfiria!
Porfiria era el seudónimo local de la conocida Reina del Pacífico y "protectora" de Rufino. Viendo que efectivamente por andar soñando con ángeles el pobre Camilo estaba atrasado en noticias; el otro contestó socarrón:
"¿No será Martha, la reina de Guanajuato. ?" ... "mejor regresate a tu casa"
Camilo sacudió la cabeza. ¿De dónde salieron aquellos ímpetus por increpar al vecino?. -Se preguntó - Se volvió a la habitación, la vista nublabada por las lagañas matutinas y le impidió ver con claridad que el ángel se miraba en el espejo atentamente, entonces fue cuando recordó todo:
Ese ángel se le había aparecido en la noche anterior, y la anterior, y la anterior. Camilo siempre creyó que era un sueño. Quizás en esta ocasión la alergia a las plumas le hizo poner más atención. Las plumas eran reales, el ángel era real. Pero no tenía reflejo alguno.

- Y tú, ¿comes ambrosía?
- ¡Ah, como chingan con eso!, no sé quién carajos les contó tal babosada. Por cierto, se me antoja una birria. Apúrate, dame lo del cajón para irme.
Camilo juró que no quedaba nada más en el cajón. El semblante del ángel se volvió oscuro, su habitación comenzó a estremecerse y el vacío de la muerte llenó cada celula de su cuerpo.
-"Jajajajajaja", -se carcajeó el ángel, al ver a Camilo estremecer.
- "Jajaja, entonces seguiremos con lo que tienes en la computadora Camilito."

Camilo sentía que sus videos zoofílicos y vouyeristas corrían peligro, pues le costó demasiado trabajo recolectar aquel arsenal de películas, sin embargo había algo que lo tranquilizaba y es que guardaba copias ocultas de las que más le gustaban. Nadie sabía donde estaban. Sólo él. Eran tres: Los changos cojelones Vs Adrian, las películas prohibidas de Pepito y La vecinita no quiere bolillo... Era un espectáculo grotesco pero divertido; justo cuando se va la luz.
El pinche angelito estaba que se lo llevaba la chingada.
- Ni cajón ni compu, mi estimado - dijo Camilo.
-¿Ah sí galán?, dijo el ángel con voz socarrona, y de su aureola brotó una luz intensa que llenó la habitación, "y también entrega la bolsita negra". Horror, el ángel sabía de su bolsa de tangas, las que se ponía mientras visitaba "cachorritasenbrama.com."

¿Por qué la afición a eso? le preguntaban las plumas suspendidas en el aire asfixiante de su alrededor. Un flashback y Valium recorriendo en su mente que regresó al año de 1986 cuando paseaba por los pasillos de su secundaria y descubrió en la sala de maestros a su adorada profesora de biología de una anatomía perfectamente proporcionada, en tremenda escena de pasión con el borrachales maestro de contabilidad, no fue un error que Camilo observara tal escena ya que él la vigilaba constantemente. Pues fantaseaba con ella y con darle sopita Maruchan en la boca...

El ángel le gritó: "¡¡Hijo de la chingada.!!..la bolsita negra ya que se me hace tarde para ir con Rufino"
-Oooooh.... stá bien.... ai'sta la inche bolsa.... nomás la pipa y las hierbitas medicinales me las dejas que acabo de quitarle los cocos, y si no luego cómo le hago pa' ver ángeles.
-Pues yo que tú le seguía con la botánica -contestó el ángel moviendo las alas. Llenando aún más de plumas la habitación.
Sacó la pipa, la retacó de hierba, y abrió la bolsita negra para ponerse una tanga. ¡¡¡Momento!!! ¡¡¡La bolsa no tenia solo tangas!!!. Dando un grito apagó el vibrador que se habia encendido accidentalmente, tratando de ocultar su vergüenza.
-¿Usa pilas recargables? preguntó el ángel, al mismo tiempo que buscaba en los ojos de Camilo el mas mínimo signo de arrepentimiento. Al no encontrarlo, el ángel (dándole una fumada a la pipa) no le quedó otra solución mas que seguir urgando aquella bolsita que entre esas prendas de algodón y licra iba encontrando gran variedad de fotos de cuando él visitaba el antiguo cine Dorado, (música de fondo de saxofón), que ahora se encuentra un parque con un tarahumara cavernario, y entre esas fotos se encontro retratado con El Santo, El Cavernario, Blue Demon y el Bulldog... y es que era tan fan de las luchas que hasta a La Mataviejitas le echaba porras groseronas.
Ahora caía en cuenta, este angelucho ¿No será el de la película de Santitos? ¿Aquél que de día se llama Darío y de noche con licras wafleadas y minifalda se hace llamar Economike a-dame? Sí, el de los wawi fantásticos que me produjeron una diarrea mágico-cómico-musical que me duró aproximadamente tres días, y estuvo a punto de dejarme postrado en una cama con las extremidades inferiores sin movimiento.
Tanto que pensé en pedir la ayuda de Rincón Gallardo... pero no.
Ahora es tiempo de recapitular y pensar en todas las cosas que tengo por hacer, como asear el baño por la guacareada de hace 3 semanas, ordenar mis colecciones de estampitas pornográficas con señoras morbosamente gordas, tomar mis pildoras de Prozac y masturbar gatos. Oh si, los felinos ronrronean bonito... si no fuera por las garras.
En ese momento notó que al ángel le habían brotado un par de cuernos horrendos y las alas que ya no tenian ni una sola pluma comenzaron a arder, cuando de repente sonó el teléfono y contestó. Era la grabacion de Telmex solicitando el pronto pago, ya que tenía saldo vencido. Se había dado cuenta, que el negocio de las tangas, ya no dejaba. Entonces decidió hablar con el ángel.
"No todo lo que brilla es oro. Así que déjate de babosadas y saca lo que tienes en el cajón y en el ropero y mañana vengo por lo de la computadora".
Y es en ese momento cuando Camilito recapituló su vida entera, y cayó en cuenta que debía decidirse a dejar la coca, la mota y las anfetaminas, al igual que todos los escritores de esta historia.
FIN.

miércoles

intelectuales chafitas (4)


P.D. Abajo hay otro cuento tumultuario por si alguien se anima.
Por si no tienen nada que hacer, sale otro cuento tumultuario.
(Escribiré el principio de un relato, luego, el siguiente que se pare por aquí continúa el texto en los comentarios, el otro u otra que llegue le sigue en donde se quedó el comentador anterior y así sucesivamente).

Van otra vez las "reglas" para que no se haga un caos mayor:

1- Sólo se puede participar una sola vez
.

2- No se aceptan comentarios anónimos. Agradezco los comentarios de las personas que no tienen cuenta de blogger, pero en esta ocasión, no podrán participar. Por la siguiente razón: Podría llegar un anónimo que continúe el texto, y luego, para que no le "echen a perder su idea" vuelve a comentar firmando con otro nombre y así hasta apropiarse del texto. Sé que habrá quien quiera participar en buena onda, pero como allá afuera hay muchos malandros, mejor se pone ese candado.
Si alguien participa y antes de él o ella, hay un "anónimo", continúen con el anterior a éste.
(O en su defecto, saquen una cuenta, teniendo mail de gmail es más fácil).

3- La extensión de cada participación no debe de pasar de las 5 líneas. No se claven, hay toda la libertad de escribir y crear, pero sean breves. Sólo 5 líneas osea, 5 enunciados. Puede ser menos, pero máximo cinco.

El comienzo del texto es:
Al final de la jornada, Camilo se metió a su cama y sintió como si hubieran destrozado su almohada: plumas y plumas por todos lados. Volteó hacia arriba y encontró un ángel que le dijo:

lunes

el oso bipolar (52)

En un impresionante despliegue de producción y recursos tecnológicos, llevamos hasta su monitor el episodio del Oso Bipolar #52, pero ahora...
¡En video!
¡En algo que se podría llamar Thriller-Guapachoso!

¡Súbele a tus bocinas, y si estás en tu trabajo, invita a bailar a tu jefe!



P.d. Si por accidentes de la vida, llega hasta aquí Guillermo del Toro, y se interesa por mis servicios, que no se cohiba y me mande un mail. Estoy dispuesto a negociar.

miércoles

momentos cumbres de mi vida (42)

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P.D. (Abajo está el post con la especie de cuento que algunos de ustedes hicieron, con algunas anotaciones)

cuento tumultuario (¿1?)

A continuación, el cuento escrito a varias manos, por los ilustres: Julio, Beno, Anavitch, Cano, Ángel García, Héctor, Enna, Jorge Pérez, Feroz, Daniel Herrera, Socr0, Webita, Sectario, Ricardo árbol, Ref, Chilangelina, Aurora, Pico de Gallo, Seymus, Tazy, Temo, Periquillo, Sirako, Alejandra, Carlos Efrén, Último Elefante, Kuruni, Gaby, Tejedor de sueños, Kevinybrian, Pelos Briseño, Ángela Sabina, Monero José Juan, Jesúsweb, Tu gitana, Mafalda!, Blas Torillo, El, Abi, Daredevil Tam, Robert, Bery, Frida, Amilcar, Nepo, Nacho y Control Zape.

Ese día Rufino se despertó más temprano que de costumbre. Y al bañarse pegó un ensordecedor grito de espanto al darse cuenta que la crema de afeitar se habia terminado, y habría que rasurarse con jaboncito. El día apenas comenzaba y todo advertía que no sería una jornada común. Justo en la puerta de su casa, rumbo al trabajo, quedó atónito al observar, en el crucero de la esquina, a la mujer del vecino en compañia de otro hombre que no era el vecino. Gilberto, el vecino, era su amigo desde la infancia y al ver a la desvergonzada mujer con otro se dispuso a reclamarle a ella su pérfido proceder, y a escupirle en un ojo al desconocido.
Sin embargo, al estar más cerca de la pareja se dio cuenta de que no había que alarmarse, que sólo era el crecidito hijo de la pareja y que a lo mejor había venido de vacaciones.
Regresaba al crucero y miraba su reloj al mismo tiempo subía a su coche para ir a trabajar, ese día sería pesado puesto que su barba no estaba tan bien cortada como de costumbre.
En el camino pensaba en aquella misteriosa mujer que había conocido la noche anterior. Se llamaba Porfiria, y lo que más le había llamado la atención sobre ella fue su pronunciado escote y singular atuendo de Adelita en plena balacera, sin dejar de mencionar su extraño olor a ¡tacos! sí, en ese momento no podía explicar el interés que ella había despertado en él. Sin embargo su corazón le decía que no era hora de ir a comer esos deliciosos tacos de ojo que vende Don Faustino en plena calle principal, pero sin embargo también recordó que ella le había dejado una nota comprometedora en la bolsa trasera de su pantalón, al mismo tiempo que le susurraba al oido "Por si lo necesitas".

Desde ése momento ha estado esperando a que llegue la tarde del martes para hacerse un manicure. Ya llevaba tiempo pensando en arreglarse las uñas. La verdad es que no sabía cómo había logrado que esa mujer, Porfiria, le hiciera caso teniendo unas uñas tan sucias.
De pronto, Rufino se dio cuenta de que era prostituta, y lo que pretendía no era necesariamente arreglarle las uñas, ella quería comer pambazos, de esos que hace Rubencia la güerota bigotona del mercado de La Merced, quien por cierto no da seña alguna de higiene en sus uñas y mucho menos en la zona genital, fuente inagotable de "ingresos".
Pero lo que ella realmente quería era mirar a los ojos a aquel personaje y suponer muchas veces la firmeza de la mirada de Rufino, un lunes cualquiera en que la barba raspada y el sudoroso sol, era de suponerse, Rufino estaba soltero otra vez, y pensaba que ya casi era cinco de octubre, que el cumpleaños de alguien muy especial se avecinaba y que por alguna razón esto se la hacia conocido, como un flashback.
Pero, ¡basta del flashback y de asuntos sin importancia!, se dijo. Con las uñas aún sucias, con los pambazos aún en la mente y con la imagen de Porfiria a cuestas, se dirigió a comprar la crema de afeitar que se habia terminado y de una vez por todas se daría un buen baño donde tambien lavaría sus uñas, pero de repente se encontro a Gilberto, el vecino, en compañia de una mujer que no era su esposa, sino la mismísima Porfiria, tambaleantes ambos, compartiendo la mugre y el olor a tacos.
Gilberto lo miró y esbozando una sonrisa extraña le dijo: "Oye puto, ya jugaste FIFA 08, esta bien chingón y en la portada sale Memo Ochoa deberías dejar de pensar en cosas absurdas como tacos, Porfirias y afeitadas sin haberlo jugado antes, esas son cosas superficiales, no como el tener que despabilarse a punto de chocar con el auto de adelante, ¡eso si hace fluir la adrenalina!".
Hoy no es un lunes normal, llegando al despacho tendré que tomarme un tecito de tila, para tranquilizarme, mientras hojeo el periódico y leo alarmante que "El Gobierno anuncia que se dejarán de vender panecillos con queso" no le vio el sentido a la nota, pero lloró desconsolado... tal vez porque cerca de la nota de los panecillos, se encontraba el clasificado donde Porfiria anunciaba sus servicios; demasiado para una noche... tendría que decidir entre ella y los tacos y pensó que no habría manera de tenerlos a los dos al mismo tiempo, a menos que convertiera a Porfiria en taco que por su abundancia de carnes solo cabría en pan árabe. Ahora no solo sentía crecer su apetito sino su líbido al imaginar a Porfiria bañada en crema y salsa roja
La extraña combinación de excitación y hambre, ambos antojos muy primitivos, muy humanos, y muy prohibidos hizo que Rufino decidiera agarrar a Porfiria por el brazo y la llevarla a la cocina de su casa... atarla en una silla... y darle sopita Maruchan en la boca dejar salir un sentimiento aún mas primitivo...más oscuro.. más reconfortante.. aquí te mueres.. mía o de nadie... sólo imaginarla destazada cual pingüino.

Todos esos pensamientos bipolares tenía cuando de pronto, sonó el teléfono de su oficina. Era su jefe que le pedía que fuera a su despacho para pedirle que le prepara a él unos tacos... no le quedó de otra que desamarrar a Porfiria, echarle poquito perfume, y procedió a embarrarse de aquellos deliciosos tacos que su hermosa uñas mugrosas traía con ella en compañia de su vecino el "puto del FIFA", pero una vez que se dio cuenta que olía a cebolla frita con suadero, le dijo a la Porfis: "Mengache pa'ca mi reyna, vamos a darnos un baño mientras jugamos a ¡Twister!, ¿quieres jugar? para ambientar el juego podemos poner musica de la que tiene mi jefe por ahí guardada, total que de estar esperando los tacos prometidos mejor se fue a comprárselos y nos dejó solititos".
En ese momento se dio cuenta que Porfiria era sólo parte de su imaginación, y que lo que abrazaba contra su pecho no era más que un kilo de tortillas secas y frías del día anterior, horrorizado por el desconcierto las dejó caer y volteó hacia los lados dándose cuenta de que en realidad es pecado tirar tortillas hoy en día... en todos los sentidos.
Bajó la cabeza y vió que tenian una consistencia viscosa y se movían. Sintió que se colaban por debajo de sus pantalones y subían por sus piernas. Asustado, echó a correr, mientras una lluvia de salsa roja picosa lo perseguía, y las tortillas viejas se le pegaban al cuerpo como una segunda piel, y gritaba corriendo cada vez más fuerte mientras el hambre aplastante de ser un indigente lo sumía en el delirio otra vez.
En ese momento Rufino dio un salto y se vio de nuevo despertando en su cama asumiendo que todas la lineas anteriores quedaban en un sueño, en ese momento se dispuso a ir a contarle todo a Fher, Fher era ese amigo imaginario que todos quisiéramos tener de vez en cuando, cuando queremos escapar de la realidad, sobre todo cuando había desatendido la llamada de su jefe, sí, ese mismo que le pedía sus taquitos para la maldita hambre que lo azotaba. Rufino no sabía que en su doble realidad el patrón era un personaje constante, del que no podría escapar.
(Porque Fher había muerto hace tiempo, en una emboscada del Vietcong. Las tortillas, la predilección por los videjouegos sosos de deporte, su amor por las putas enloquecidas y grasientas. Todo lo explicaba la prolongada expocisión al Napalm)...

De súbito cayó al piso con movimientos violentos, en su alucine visualizó a las Tortugas Ninja región 4, y mientras prometía no volver fumar de esa, ellos le dijeron "La suerte está echada, ahora todo dependerá de tu capacidad para adaptarte a lo que viene..."
Entonces sonó el celular, la noticia llegaba como una lacónica advertencia: "en este momento los agentes de auditoría interna suben por el elevador a donde te encuentras, ¡aguas! a lo que Rufino reaccionó reflexionando que eso ya lo había visto en una película y que él estaba chaparro, feo y no se parecía a Keanu.

FIN

(Ejem... ¿Le entendieron?)
No sé a ustedes, pero a mí me gustó el experimento, opinen si quisieran que se repita, y si es así igual y tengo más tiempo para ilustrarlo como los dioses mandan.