Sabina y grito

Una vez conocí a la mujer más hermosa del mundo. Su cara, su pelo, su cuerpo, sus manos, todo era perfecto, lo que siempre había imaginado estaba ahí.
Y un día, por fin le hablé. Su voz era de operadora de hot-line, y su risa era música para mis oídos.
Después de platicar algunas necedades, ella preguntó:
-¿Y a tí qué música te gusta?
-Pues... me gustan mucho los Beatles, gustándote los Beatles, te pueden gustar muchas cosas- le contesté, sabiendo que una respuesta así da pie a más conversación.
-Ah, ¿pero música en español, no escuchas?- cuestionó
-Sí, claro, a Joaquín Sabina- respondí con el pecho inflado de orgullo.
-Aaaah... ¿Joaquín Sabina es el que canta canciones del tipo de Arjona y Nicho Hinojosa?
...
Fue entonces que ocurrió la catástrofe, su voz la oí chillante, su cara se transformó convirtiéndose en un clon mal hecho de Elba Esther Gordillo, sus senos turgentes, se hicieron como calcetines con canica y a sus manos suavecitas les salieron escamas.
Así es, una mujer que tenga esas referencias y que confunda a Sabina con los engendros chafas esos, no merece respirar. Hubiera preferido que se burlara de mí, que no me siguiera la conversación, que se desmayara; cualquier cosa menos lo que dijo.
Yo, me paré y me fui. Llámenme pedante o soberbio, no importa, nada importa ya.

Por último contaré que ayer al mandar la tira al periódico, me habla el editor y me dice que si no me parecía muy intelectual la tira esa del grito. Yo le dije que no, pero me dejó pensando. ¿Quién no conoce "El Grito" de Munch?, quizá muchos no sepan quién es el autor, pero el cuadro es casi de dominio público y lo que provoca es generalizado. Hoy aún estaba pensando en que si de verdad me puse demasiado intelectual chafita con la caricatura, cuando veo este cartón de Calderón (clic), que por cierto salió el mismo día y me dejé de preocupar. Fin.