lunes

los hombres verdes

Dibujar para mí es un constante tic nervioso. Comencé a dibujar desde que era niño y lo he seguido haciendo durante todos los días -casi todas las horas- de mi vida. Dibujo cuando estoy solo y cuando estoy acompañado. Dibujo cuando hablo por teléfono y dibujo cuando, en los restaurantes, converso con una persona. Para mí es más fácil explicar algo si me auxilio con el dibujo. Cuando -como a muchas otras personas- alguien me ha preguntado qué me gustaría ser si volviera a nacer, yo he contestado que me gustaría volver a ser dibujante, sólo que mejor de lo que soy. Dibujar es un placer que pocos conocemos.

Es un arma secreta que equivale a hablar otro idioma. Un idioma que sólo dominan unos cuantos privilegiados. De 5 mil millones de seres humanos que pueblan la tierra, los dibujantes no llegamos a 100 mil. Los que nacimos con esa bendición, con la facilidad para dibujar, no tenemos por qué preocuparnos en la vida. Nunca nos va a faltar nada. Somos como la mujer barbada; como el hombre de color verde. O sea, somos diferentes. Un hombre verde siempre podrá trabajar en los circos valido solamente de su color, sin necesidad de ser maromero, ni equilibrista, ni hombre bala. La gente lo verá siempre con curiosidad, con admiración. Y es que hombres verdes no hay muchos.

Picasso fue un hombre verde. Era de un verde tan intenso que desde niño la gente comenzó a verlo con curiosidad y morbo y él, dándose cuenta de lo que lo distinguía de los demás, abusó. Llegó inclusive, a burlarse de sus contemporáneos desconcertándolos, sorprendiéndolos, escandalizándolos con las cosas que hacía, extraordinarias para ellos, pero naturales para él que era verde. Picasso dibujó y dibujó y dibujó hasta alcanzar la perfección - y luegodesdibujó todo lo dibujado. Esto lo hizo en medio de la admiración del mundo y durante una época de la historia que puso a temblar y a doblegarse a millones de personas, incluyendo a estadístas de países adelantados. Picasso vivió como quiso y donde quiso y con quien quiso durante dos grandes guerras, mil crisis y muchas dictaduras. En todo su tiempo hizo gala de una agresiva, desafiante libertad, precisamente cuando la libertad estaba prohibida. Fue él, sin duda, el más verde de los verdes de la época moderna y su verdor sólo puede compararse al de los clásicos.

A Diego Rivera lo atacaban, lo insultaban, le decían mentiroso y hasta llegaron a atentar contra su vida porque - entre otras cosas- un día se le ocurrió a Diego decir que era antropófago, que le gustaba comer carne humana y que, de ésta, las costillas de las jovencitas eran deliciosas. Lo que los hombres beige no comprendían era que Diego no era mentiroso, simplemente tenía derecho a la mentira. Los hombres verdes tenemos derecho a la mentira. La mentira es el arte. La verdad puede dejarse para los contadores. Las grandes obras de arte son enormes, bellas mentiras. La verdad es sólo una de las materias primas con que se hace una mentira.

En aquel tiempo hacía un cartón diario y mi sistema era éste: muy temprano en la mañana extendía uno o dos periódicos sobre la mesa y, estando de pie, buscaba en los encabezados una noticia que me diera una idea. Si la encontraba me sentaba y leía la noticia de principio a fin. Si no la encontraba comenzaba el día con un dolor en los huesos que no podría describir. El dolor es físico y lo sufro cuando no tengo ideas. A medida que pasan las horas ese dolor se va intensificando hasta hacerse casi insoportable. Quedo doblado, abatido ante la mesa, con el papel en blanco y las manos sosteniéndome la cabeza. no siento hambre ni sed, ni deseo alguno. Tengo la sensación de estar hueco de pies a cabeza y el dolor me quiebra, me hiere, me atormenta. Es un dolor como el que deben sentir los condenados a garrote vil.
Pero finalmente la idea llega. Puede venir de una pequeñísima chispa interior, o la trae la conversación de un amigo, o la trae el viento. Enotonces todo cambia. Desaparece el dolor que se convierte en euforia. Vulven la sed y el hambre y todas las cosas que dan placer. La mente trabaja como motor nuevo. Se sienten los músculos elásticos y sanos y la ropa limpia y cómoda. Realizar la idea con texto y dibujo ya no es problema. La mano se mueve sola como siguiendo un trazo que ya estaba sobre el papel. Es la salida a la luz.
Los hombres verdes sufrimos y gozamos eso y mientras más agudo es el sufrimiento más intenso es el gozo. El sufrimineto vale la pena. Siempre nace de él algo nuevo. A veces sorprendente, a veces bello. A veces sólo regular, pero siempre nuevo.
Y esa es nuestra misión en la vida: hacer, todos los días, algo nuevo.
Texto de Abel Quezada.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

intenso.......intenso.....

es una lastima que cuando yo sentia que podia ser verde ... me quede como en apenas azulito..... chale.... yo quiero ser verde.....

friedrich dijo...

Excelente post, Quezada el unico monero que se atrevio a denunciar la matanza de tlatelolco a solo un dia de la misma.

Yo ya no quiero ser beige, pero tampoco quiero ser verde, me gustaria una mezcla de negro, rojo,amarillo azul y rosa; la individualidad ante todo.

Ministry of Silly Walks dijo...

Yo pensaba que tu verdoso era la mezcla de la cirrosis con el inminente enfisema pulmonar.
Vaya que se aprende.

Sr. Kabeza. Gracias. Tengo un hombre inmensamente feliz en casa.(el sr. K. no es ningún terapeuta sexual para que no vayan a preguntar)

Estoy imposibilitada para decir cosas amables, pero tú sabes lo que pienso sobre tu verdosidad.
Feliz Navidad.

P@bLo™ dijo...

muy buen post
te leo, no tan seguido pero te leo, y siempre me gusta lo ke leo... ya paso navidad pero feliz año nuevo

Pseudemys dijo...

Saludo señor Monero, como no tenia nada que hacer me acabo de chutar todo su blog ( desde marzo a diciembre del 2005 ), tres horas de mi vida mas o menos aprovechadas, mas que menos, eso seguro.

Por cierto, estuvimos al mismo tiempo en el mismo lugar: concierto de Betsy Pecanins y Cecy Toussaint, me gustaría una camisa de "soy un intelectual chafita". ¿ Que más ? Ahh, los Beatles rulz!!

Y con respecto al ultimo post, me encanta, de hecho pondría muchas cosas de este blog como lecturas obligatorias ...

Feliz navidad ( aunque soy ateo, pero pues todos se felicitan, pues seguimos la corriente ) y año nuevo.

Ministry of Silly Walks dijo...

Miss Green... Has leído ese cuento, monero? Una belleza.

Ekkiboy dijo...

MMm, después de mis solitarios meses de inhabilitación, me encuentro que casi todos se olvidaron de mi en mi ausencia...quizá tengo lo que me merezco, pero vuelvo con ganas de leer, escribir y, dentro de muchos, muchos meses, dibujar. ¿qué por qué meses? ¿habeis probado siquiera a hacer una linea mínimamente recta con el brazo aprisionado por un malvado cabestrillo y un clavo sujetándote por dentro? Lucho conmigo mismo...y algún día reverdeceré!

Demóstenes

Komatsu Sandra dijo...

YO QUIERO SER UNA MUJER VERDE...

Anónimo dijo...

me carga..... quiero serrr verdeeee... pero nomas llego a azulito.... pujo..pujo.. pero no sale...

Anonymous dijo...

Yo tengo un amigo que no come comida de color verde... ¿el no cuenta?

Y prefiero ser de rojo, amarillo o azul... verde no...

webita dijo...

mmm... que bien se siente leer algo tan rico. Feliz año kabeza, que tengas la salud suficiente para llevar a cabo tus propósitos!

Clementina dijo...

asi como un cronopio? jaja

Anónimo dijo...

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