de por qué abandoné la escultura

Yo no sabía que eso era la escultura.
Estabamos en la mitad del primer semestre de Bellas Artes y ya habíamos hecho como 17 esculturas de forma geométrica, todos sacamos el "Sebastián" que llevamos dentro. Era un día como los demás.
Pero la primera en llegar fue una alumna nueva, cuando llegamos los demás le vimos y le digo a un amigo: "Esa chava estaba conmigo en la prepa, no sabía que le gustaran las artes plásticas". Ella también se acordó de mí, nos saludamos y se desapareció. El maestro nos dijo: "A ver, acomoden sus lugares formando un círculo y traigan papel para dibujar". Teníamos los triplays en las rodillas cuando salió la nueva alumna de un cuarto con una bata, se colocó al centro del círculo que formábamos y se quita la bata mostrándonos su desnudo cuerpecito.

Todos nos quedamos callados unos segundos, segundos que aproveché para corroborar el rumor de que en esa escuela hay muchos jotos, y me fijaba a ver quién ponía cara de "fuchi". En eso estaba, cuando el maestro le indicó a la destapada qué posición tomar para que la dibujáramos.
La dibujamos. Y entonces el maestro nos indicó que tomáramos la arcilla para empezar a trabajar. Estábamos en la primera clase de escultura con figura humana, el maestro se paseaba de lugar en lugar para indicarnos las fallas que teníamos.
-"Ah, Giacometti", le dijo a un compañero.
-"Manejas el material como él"- lo elogiaba,
"Hazle así y así, vas bien"- alentaba el maestro a mi compañero.

Hasta que llegó conmigo. Sentí cómo se me quedó viendo, mientras yo amasaba la arcilla haciendo bolitas, como las doñas que hacen gorditas o tlacoyos. -"¿Qué está haciendo?"- me preguntó.
-"Este... los senos, profe".
-"¿Esto que está aquí es la modelo?"- Inquiría mientras señalaba la masa amorfa que tenía sobre la mesa.
-"Bueno, es el torso, y los brazos, profe"
-"¿¡Esos son los brazos!?, ¡Ni un orangután tiene los brazos tan largos!"
-"No profe, es que de aquí donde estoy yo, así se le ven los brazos, mire, mire"- le señalaba a la modelo que ya alzaba la vista por el cansancio.
El maestro le permitió a la modelo que descansara un momento, ella se acercó donde estábamos el maestro y yo, y se quedó viendo mi obra con cara de estar viendo una ecuación de álgebra.

"Pinche Kabeza, me estás haciendo una caricatura, verdad?" - Me suelta la excompañera-dizque-alumna-que resultó-ser-modelo.
El confundido maestro me dice: "¿Kabeza?, ¿caricatura?... ¿Es usted el que hace los monos del periódico?".
(Yo no había querido decirle a ningún maestro mi identidad secreta, precisamente para no prejuiciarlos y que ante alguna falla mía dijeran, "Pos´claro es monero").
-"Je, je, sí profe, soy yo" -le contesté apenado como si hubiesen descubierto que soy hijo de Montiel.
-"Ja, ja, ja, con razón"- musitaba el maestro mientras me daba una palmada en la espalda y se iba a revisarle el trabajo a otro compañero.

Se acabó el semestre y los demás terminaron 3 esculturas de la modelo en diferentes poses. Yo terminé el semestre con una sola escultura titulada "Mujer-mono".
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Después de esta motivadora historia, les aviso que ya salió a la venta la edición de febrero de "Muy Interesante", en donde salen unas colaboraciones mías que no son esculturas pero que igualmente están bien interesantes. Así como un reportaje de la mujer con trasero de manzana, o algo así, mañana la leo.