de por qué Delicias me da miedo

Primero, la tira publicada éste domingo 1 de octubre en Milenio Diario...

----------------------------------------------------------------------------------
AHORA SÍ, LA VERDADERA HISTORIA DE POR QUÉ DELICIAS ME DA MIEDO...

Corría el año de 1995. Estaba en la ciudad de Camargo presentando el primer libro que me habían publicado, bajo el originalísimo título de "1994, el año que vivimos de Kabeza", el Instituto de Cultura del Estado había coeditado la edición, y por esto, estaba obligado a asistir a las presentaciones que habían organizado en varias ciudades del estado.
En Camargo la presentación fue en un parque, bajo el marco de una Feria del Libro, varias personas estaban presentes, pero sobre todo niños, que lejos de interesarles lo que había pasado en el movido ´94 estaban más ansiosos a que les dibujara algo en sus cuadernos de la escuela.

Al terminar la presentación, se acercaron un par de señores. Uno de ellos se presentó como el director del Diario de Delicias; periódico hermano del diario en que publico en Chihuahua. Me preguntó que cuándo iba a ir a Delicias. Le respondí que no sabía, consulté con la persona que iba conmigo y me dijo que no estaba programado Delicias. Entonces los periodistas delicienses me dijeron: No hay problema, nosotros te organizamos una presentación allá, en el Teatro de la Ciudad.
¡¿En un teatro?!, ¿No será muy grande?, les pregunté.
Nombre, si allá mucha gente te lee, no sabes, eres casi una celebridad, fácil llenamos el teatro, de verdad, ni te imaginas -me decía el dúo deliciense.
J-j-je, ¿De veras? -les decía sintiéndome el Luis Miguel de los moneros, -Pues bueno, si ustedes me invitan, con gusto voy.
Claro, para el próximo fin de semana te programamos. -dijo uno.
Te recibiremos con bombo y platillo. -dijo el otro.

Días antes del día, les dije a 2 amigos que me acompañaran. Y diseñé la estrategia.
-Voy a necesitar seguridad, algo así como un Estado Mayor de Kabeza, parece que esto será algo grande. Tú me cuidas las espaldas y tú me cuidas de las delicienses -les daba instrucciones a mis improvisados guaruras. Y nos fuimos a Delicias.
A una hora de distancia estaba nuestro destino, así que apenas me acomodé en el camión y ya habíamos llegado.
La presentación era a las 8:00 pm, y llegamos al teatro a las 7:00. Ahí nos recibieron los periodistas que me habían invitado con una bella mujer ataviada con un traje típico y un ramo de flores, quién me besó las mejillas y... eh, no, no es cierto, nomás nos esperaban el par de periodistas. Observé a mi alrededor y vi que habían acondicionado el vestíbulo o algo así para el evento, lo cual me tranquilizó, pues me estresa sobremanera los espacios grandes y espaciosos.

Y nos dieron las 7:30, 7:35, 7:40... 7:45, 8:00... y no llegaba nadie.
Mis amigos me veían con ojos de alfiler y yo para zafarme un poco de sus inquisidoras miradas, les dije: Je, je, je... ¿Quieren que les traiga una Coca?
A las 8:10 llegaron, por separado, un señor, una señora con un niño y una pareja de novios. Hasta me puse de pie como si no hubiera lugares disponibles. El pobre director del periódico al ver que ya había más almas, me decía con pena: Pues empezaremos, ¿No?.
La característica mesa con mantel verde y micrófono la dejamos en el olvido y a manera de sesión de Neuróticos Anónimos acomodamos las sillas en círculo. Eran ya las 8:30 y hasta creo que innovamos una nueva forma de presentar libros, pues eso se convirtió en una especie de plática de terapia de psicoanálisis.
Media hora después llegó otro señor y casi le aplaudimos. Curiosamente el evento duró lo que hubiese durado normalmente, hasta creo que la señora que fue nos platicó su vida y los novios sus planes para cuando se casaran.
Se terminó la presentación y el par de organizadores ya sin estrés y sonrientes me invitaron a cenar, les acepté la invitación y les dije a mis amigos-guaruras que ora sí iban a desquitar su travesía.
¡Ah!, ¿Ellos vienen contigo? -me preguntó el director.
Sí, me acompañaron desde Chihuahua. -Le dije.
Uh, yo pensé que eran de aquí y habían venido al evento -me dijo ya sin su sonrisa de anfitrión que le habían salido bien sus cuentas de asistencia.

P.D. YA RESPONDÍ SUS INDISCRETAS PREGUNTAS EN LOS COMENTARIOS DEL POST ANTERIOR, DIGO, POR SI ESTABAN PREOCUPADOS.