kabeza en el d.f. (3)

Hoy develé uno de los grandes misterios que tenía acerca del Metro.
A veces al subir al vagón, veía gente dormida, cabeceando o hasta babeando, en el quinto sueño.
Entonces yo me preguntaba: "¿Y estos cómo saben que ya llegaron a su destino, si van bien jetones? A lo mejor se bajan en la última estación y así no tiene pierde; seguramente llega un señor de bigote canoso con un despertador y ya".

Pero hoy, después de andar del tingo al tango: Yendo, trayendo, subiendo, bajando, esquivando, mentando, corriendo, huyendo y demás, me dirijo al Metro. Subo al vagón que, milagrosamente trae lugares vacíos. Así que tomo asiento junto a una ventana. Descanso las patas y acomodo mi brazo en la ventana, recargando la cabeza en mi mano.

Cierro los ojos.

Y con el "Túuuuuuuuuuuuu" que anuncian que van a cerrar las puertas, el aire espeso, el sonido de las ruedas, el "Pffffffffffffffffffff" de cuando frena y el ciego estereofónico que llega a cantar rolitas de los Ángeles Azules... lograron que mi cabeza, cerebro y mente se fueran a pasear, dejándome oficialmente jetón.

Me "desperté" 5 estaciones después de mi destino. Ya nomás me falta perfeccionar lo de la despertada, pero ahí la llevo.
Pronto tendré el poder de abrir los ojos en el momento justo.